viernes, 10 de septiembre de 2010

Cigarros, Cicatrices y Fiebre

Ahí están tus besos embalados, mis brazos cruzados y mis piernas abiertas esperando a que tu ojo izquierdo note que te voy a extrañar. Y no suavecito, ni poco a poco, si no de golpe, como en caída libre y chocar brusca y violentamente sobre el suelo. Y partirme y romperme y mezclarme con el polvo que dejaron tus pies; nunca usabas zapatos.

La mayoría de tus pantalones te apretaba, el café te gustaba medio frío y sin azúcar, como tú. Un café arrogante y terco, aparentemente perfecto y como suele suceder, me volví adicto a ti, a tus mordiscos, a tus uñas clavándose en mi espalda, llena mas de cicatrices que de lunares, y alguno que otro beso que cayó allí por casualidad.

Prometeré no llorar por ti (Primera mentira del día), encontrar un amor mejor (Segunda mentira del día). Puedo deletrear mi abecedario con las letras de tu nombre y jamás vaciaría mi cabeza de tus innumerables fotografías fumando desnudo o en ropa interior, como me gusta.

1° Agosto 2009

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