Grupo de engranes
Circuitos manuales
Proyectos de máquinas mortales
Tuercas y tornillos
Ni consuelo ni abrigo
Se han ido tu madre y tus amigos
Alimentados con suero
Recibiendo el veneno
De un infierno en vez de un Cielo
Sonámbulos por las calles
Mira, todos somos iguales
El sol no se oculta, tú lo evades
Trapecistas del peligro
Marionetas de algún circo
Relojes sin agujas, finales sin principios
Manifestamos nuestros males
Somos patas de animales
Hemos perdido las glándulas lagrimales
miércoles, 17 de febrero de 2010
lunes, 8 de febrero de 2010
Tu hoguera está ardiendo
Nadie vino a hablar de la Iglesia Católica
Nadie vino a procrear, ni a escribir otra biblia
Nadie aquí tiene el derecho de matar
Pero a ti, querido pronto te han de condenar
Nadie está preparado para tu quema
Pero ya ves, o te matas o te envenenan
O te escapas a un lugar lleno de hierba
O te escondes entre madres buenas
Tu hoguera está ardiendo...
Él a nadie le ha dado el derecho de palabra
Y la Santa Inquisición a la final no es tan santa
Y los plebeyos hurgan entre las plantas
Una manera de no ser torturados en las manos
Por la tarde de esa tarde todo se consumirá
Entre las cenizas de tu altar y mi altar
Rogando a algún Cielo donde puedas descansar
Plegarias y gritos de auxilio que son cada vez más
Tu hoguera está ardiendo
Se está terminando de cumplir la profecía
Dónde te queman por hereje o brujería
Por maldito, por bendito, por diablo y arlequín
Por dejarme tendidito en la sábana de este jardín
No hay buenas razones para yo olvidar
Lo que vi aquella tarde en el matorral
Conejitos brincando, por aquí y por allá
Tu cuerpo cantando entre granos de fuego y de sal
Nadie vino a procrear, ni a escribir otra biblia
Nadie aquí tiene el derecho de matar
Pero a ti, querido pronto te han de condenar
Nadie está preparado para tu quema
Pero ya ves, o te matas o te envenenan
O te escapas a un lugar lleno de hierba
O te escondes entre madres buenas
Tu hoguera está ardiendo...
Él a nadie le ha dado el derecho de palabra
Y la Santa Inquisición a la final no es tan santa
Y los plebeyos hurgan entre las plantas
Una manera de no ser torturados en las manos
Por la tarde de esa tarde todo se consumirá
Entre las cenizas de tu altar y mi altar
Rogando a algún Cielo donde puedas descansar
Plegarias y gritos de auxilio que son cada vez más
Tu hoguera está ardiendo
Se está terminando de cumplir la profecía
Dónde te queman por hereje o brujería
Por maldito, por bendito, por diablo y arlequín
Por dejarme tendidito en la sábana de este jardín
No hay buenas razones para yo olvidar
Lo que vi aquella tarde en el matorral
Conejitos brincando, por aquí y por allá
Tu cuerpo cantando entre granos de fuego y de sal
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