domingo, 25 de abril de 2010

Alambres

A veces, sólo a veces recuerdo lo que hiciste conmigo aquella noche
A veces, sólo a veces buscando en mi ombligo encuentro otra razón

Para correr y tomar un autobús para darte un último beso

Pero no tengo valor siquiera para trotar o algo de eso


Y yo esta noche aquí frente a ti te confieso

Que si no querías no tenías que besarme

Yo no te obligué, es la anatomía lo que arde

Y la suerte otro cobarde y la muerte

Y tú y yo que somos alambres

Y nos enhebramos juntos, como los difuntos

En las tumbas y en los nichos de este cementerio azul


A veces, sólo a veces recuerdo también esos tus abrazos rotos

A veces, casi siempre entras por mi ventana y me tocas el corazón

Y se acelera y entonces corro, corro por la acera de tu calle

Y toco tu puerta acelerado y nadie sale, no


Pero recuerda que yo no te obligué

No tenías que besarme, es la anatomía

Y la suerte y la muerte y tú y yo

Y tú y yo nos enhebremos como alambres

Para callar nuestra hambre como los difuntos

Que sólo comen tierra y gusanos

Perfecto y mundano, tú y yo

miércoles, 21 de abril de 2010

Pálido y Azul

Mi cama suena y se queja de que desordenas sus sábanas, eres malo para dormir, te mueves y das vueltas. Me quejo yo también de que no me dejas descansar, pero no importa, cuando me despierto aprovecho para verte durmiendo, bonito como un niño. Las cobijas terminan en el suelo y puedo ver todo tu cuerpo, pálido. Tus blancos pies, seguidos de tus piernas y luego mis ojos invaden tu ropa interior azul, azul.

Me dispongo a contar las pecas de tu espalda y como siempre me saludan contentas. La punta de mis dedos recorren el mapa de tu espalda, encontrando rastros de inocencia y gotitas de sudor.

Cuando llego a tu cuello para respirarlo, te volteas, abres los ojos y me besas así en plan de buenos días, estás –como siempre- sonrojado. Yo nunca sé cuando te haces el dormido, siempre me engañas y me gusta.

Al
chico pecoso, sonrojado y de interiores azules.

martes, 20 de abril de 2010

De Cómo Conocí a María Luisa

I

El cielo titilaba entre negro y blanco, echaba chispas y la ciudad entera olía a quemado. La noche de pronto se había convertido en una Roma incendiada pidiendo perdón por sus pecados. La gente corría de un lado a otro, tropezándose y murmurando. Luego vino la lluvia, gotas gruesas y feroces que castigaban el suelo caliente de las calles.


Yo pensé que sentía alergia a este tipo de escenarios, pero no, quizá lo había visitado anteriormente en algún lugar entre el Rem y No Rem.


El aire se convierte en humo denso y agrio cuando decido caminar regreso a casa. Sin saberlo, una niña se incorpora a mis pasos y llora. Seco sus lágrimas sin preguntar por qué y le regalo un abrazo, de esos tibios, ella sonríe.


Ay pequeña niña María Luisa que caminas solita por estas veredas. Ay pequeña niña María Luisa que tus papás de seguro te extrañan en casa.


II


La niña borra su sonrisa y con pocas palabras me explica que tiene deshecha su trenza en el pelo negro, la lluvia la ha destejido junto a su corazón. Trenzo la trenza, pero de corazones rotos yo no sé y mi mamá no me ha enseñado a coser.


María Luisa tiene la boca también rota, de besos de navajas que todavía no aprende a olvidar.

Los truenos nos conducen a mi casa, abro la puerta y le ofrezco café, como buena niña lo rechaza, se va a un rincón y se echa a llorar. Me cuenta que odia las noches así y que no quiere volver a su casa. Entre su llanto y los ruidos de afuera pierdo el control y me desespero. Salgo y me mojo con la lluvia…

De seguro nadie sabía que esa noche era la última noche de María, ni que yo al regresar a adentro vería sus pies tan lejos del suelo.


III


Así pasan los días, así prendo otra velita para ti y así es como te extraño Marilú.

miércoles, 14 de abril de 2010

Ráfaga de Abril

Pasó enfrente de mí como una ráfaga de brisa de esas que huelen a abril, las que deseamos que duren para siempre. Ahí nos conocimos casi sin saber. El mundo está lleno de encuentros y casualidades mágicas que pocos saben reconocer. Y como soy uno más del montón no lo noté.

Miércoles. De nuevo el viento espeso sobre mi rostro, acariciándome la piel y los huesos. Eras tú de nuevo pero yo no lo noté.


Así es como los seres humanos desaprovechamos y olvidamos las oportunidades, dejamos de vivir intensamente y no disfrutamos de esos pequeños milagros.


El jueves tampoco te noté.

martes, 13 de abril de 2010

El Muchacho de la Chaqueta

Él es el que me persigue con pasos suaves y arrastrados, atisbándome en cada esquina, encontrándome no sólo en los rincones de la ciudad, sino también en los de mi habitación. A veces se coloca el minutero en el índice y el segundero en el pulgar de su mano derecha, juega con mi tiempo y lo hace perfecto. Ata mis articulaciones a la de su mandíbula y se hace dueño de mis movimientos y los controla, y me controla.

Raro muchacho que de repente se duerme, que de repente me muerde. Y es ahí, en ese momento cuando me olvido de las luces y nos fundimos en la oscuridad, la hacemos nuestra. Nos sumergimos en los recuerdos del otro y flotamos libres entre los libros.

Ayer trepamos árboles de hojas marrones; algunas se cayeron y algunas permanecieron intactas. Nos besamos sobre la rama más alta de aquel árbol, él era yo, yo era él. Nos separamos, se encogió de hombros, bajó de la madera y se fue corriendo. Vi sus gotas saladas volar en el aire y sentí como una de las hojas me decía que estaba bien, que el tiempo seguiría siendo perfecto.

Y bajo el árbol, aún te espero muchacho.

domingo, 11 de abril de 2010

Sus opiniones y la mía II

Los arquitectos hacen planos para hacer edificios
Cosa que no saben hacer los físicos
Los jardineros en los jardines podan mil flores
Y los pintores mezclan con las paletas los colores

Las mamás saben cómo curar dolores de barriga
Y los carniceros como cortar la carne de una costilla
Los filósofos piensan y se rompen la cabeza
Y los gusanos se esconden en las macetas

Los electricistas quizá arreglan cables
Y los payasos mil malabares hacen
Y mi tía hornea pasteles de chocolate
Y el viento miles de ventanas abre

El dinero paga las cosas que yo quiero comprar
Y los profesores de enseñar nunca se cansarán
Los corazones están hechos para ser rotos
Y las cámaras sólo toman mil fotos

Y yo sólo sé hablar de ti
Y yo que no sé hacer mas nada
Que pensar en ti, que quererte a ti
Que escribirte a ti, que extrañarte a ti
Que morir por ti, que cantarte a ti

17 Noviembre 2009

miércoles, 7 de abril de 2010

Quien Tejía Tus Zapatos

Soy yo el niño aquel que sabe cuál es tu día favorito de la semana
Cuantas veces lloras al mes y que haces en las mañanas
Quien sabe cómo hacer para hacerte sonreír

Soy yo ese extraño que no dormía en las noches solo para verte
Quien llamaba si notaba que estabas algo diferente
Quien sabe cuando te toca parpadear

Y aún así no es suficiente, no estás
No estás, no estás

Soy quien tarareaba tu canción favorita al atardecer
Quien tejía tus zapatos y ponía a hacer el café
El único que sabe lo que ni siquiera tú

Y aún así no es suficiente, no estás
Y te extrañaré y me extrañarás
Y todo seguirá exactamente igual

El perro morderá al gato
El gato perseguirá al ratón
Yo moriré en un rato
Y veré volar mi corazón

22 Mayo 2009

lunes, 5 de abril de 2010

Mariposas Ciegas

Es una tontería intentar sacar de mi cabeza las palabras que me dijiste ese día, tenía tiempo sin verte, sin hablarte, sin oírte. Esas palabras las que bailan entre mis neuronas o dónde sea que se almacenen tus recuerdos en mí, esas palabras, frases y letricas que me aruñan la espalda. Yo sé, y algo me dice que no debo pensarte, que por las noches después de acostarme debería rezar un Padre Nuestro en vez de repetirme tu voz una y otra vez hasta quedarme dormido. Tenía tiempo sin verte, y más aun sin sentir esas mariposas de las que también me hablaste, o no era a mí, pero yo escuché bien.

Por las tardes me cuentas como son los besos del niño aquel mientras yo te felicito porque logras lamer la felicidad de vez en cuando y eso me alegra, pero por dentro las mariposas tejen jaulas y se vuelven ciegas y se golpean unas con otras.

Me has enseñado que sí me gusta hablar por teléfono, que si me gusta quedarme callado escuchándote, a ti y a tus palabras, las que sin darme cuenta me penetran y se van llevando trocitos de mí, ¿para qué? No lo sé, supongo que los tienes en tu pecho y aún no te das cuenta, porque no puedo ser obvio, porque tú ahora tienes un novio y yo ahora mismo tengo insomnio.

; 28 Noviembre 2009

Martes Trece

Como el sol y la luna, la noche y el día, las lágrimas y las sonrisas, el viento y el fuego, el amor y el odio, las madres y los hijos, el blanco y el negro, lo correcto y lo no tan correcto… No soy perfecto, aunque a veces -en mis días más difíciles- pretendo serlo. Para demostrarle al mundo un YO invencible, crudo y frágil a la misma vez, pero realmente me doy cuenta que nunca termino de desnudarme por completo. Siempre queda una grieta, siempre queda ese pedacito que no cubre el sol, o la sombra en dado caso.

Porque para que haya personas buenas, debe haber personas malas. Lastimosamente somos juzgados por nuestros hechos, por nuestras palabras, por lo que hacemos y decimos, y he ahí la imagen que proyectan los demás de nosotros. ¿Quiénes son ellos? ¿Por qué han venido a juzgarte? ¿Por qué no se cubren la boca para callar sus acusaciones? ¿Acaso no eres tú suficientemente maduro como para analizarte a ti mismo y darte cuenta de que has fallado?.

Miedo, de eso estamos llenos. De miedo a pensar que no seremos lo suficientemente buenos, que decepcionaremos a los demás, porque ellos –como siempre- esperan más de lo que nosotros sabemos dar. Mírate bien, ¿No eres un pecador? ¿Eres tú el que no falla? Claro, no lo eres, pero es mil veces más cómodo echarle la culpa a otro, y, como seres humanos, nos encantan las cosas fáciles.

Quizá no es tan difícil decir: “Yo te disculpo”, porque cuando se ve en los ojos del que ha fallado las ganas de volverlo a intentar y el valor de pensar que se puede superar, toda falla o error merecen ser disculpados. Apartemos nuestro ego, démosle paso a la humildad y olvidemos aquella máscara que nos hace lucir como muñecas de porcelana. Porque incluso hasta el mismísimo diablo se merece una segunda oportunidad.

Un 13 de Enero del 2009

sábado, 3 de abril de 2010

Me Caso con Bosé


El será tormento y amor
Para mí solo, pues no lo compartiré
Sus canciones de ahora en ade
lante
Sólo serán para mi, su bandido, su amante

Que no quiero ver en su e-mail
Cartas de fans enamoradas, enamorados
Que les responderé con un mal gesto
Que esto es mío, váyanse a otro lado

Lo habíamos planeado para Enero, pero bueno
Después de este catorce de Febrero
Mandaremos las invitaciones
Y si no llevas regalo mejor ni te asomes

Me caso con Bosé
Con sus letras y las escrituras en su piel
Me caso con su andar
Con las ideas en su mente que vienen y van
Me caso con Bosé
Mañana en Madrid, en la puerta del Sol a las tres

El no dirá que no, el no dirá que no
Porque estoy seguro, de que lo lograré
Que será un paraíso vivir entre sus dedos
Que me acaricien desde la barriga hasta el pelo

Y por ninguna razón me dejará de cantar

Y que me diga Papito y que suene Velvetina
No volverá a llamar a Ana ni hará otro dúo
Estará ocupado conmigo dentro de la tina