Y este puñado de versos que me apuñalan
Y esta copa de vino que nunca se acaba
Y los sueños que antes de pequeño soñaba
Se van quedando en una esquina del sofá
Y los besos que de tu boca se caían
Y los pájaros que en la mañana cantaban
Y los pasteles que algún día te iba yo a hornear
Se van quedando derretidos en las rendijas de este suelo
Donde me arrastro atando mi alma a recuerdo de un futuro que nunca será...
Y las canciones que solía colocar
Para que las palabras me unieran a ti
Y las ventiscas fuertes en la ventana
Se van escondiendo entre los silencios
Y las lágrimas de unos ojos color miel
Y las ruinas de un palacio que sólo ve llover
Donde descanso descalzo, y las ganas
Se van alejando de puntillas de este terrorífico lugar
Donde me arrastro atando mi alma a recuerdo de un futuro que nunca será
Que me despierto entrelazado entre las sábanas de un invierno crudo y sin final
Y las noches me esperan celosas para las sonrisas poder atacar
Y se pierde entre la niebla mi deseo por tocarte una vez más
Lo que pasa es que cuando me hacen daño mi cuerpo automáticamente se aleja
Aunque tengamos muchas falanges y extremidades en común
Que cuando me muevo yo, te mueves tú
Me pregunto, si hoy que me muero, ¿te morirás tú?
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