sábado, 11 de junio de 2011

Que nadie sospeche

Y que nadie le cuente que soy yo el que duerme entre sus cejas
Que soy yo el que alaba sus recetas, quien se ríe de sus malos chistes y apoya sus metas
Y que nadie le diga que yo soy el único que entiende su locura
Que soy yo quien se come las cosas crudas, reza por su bien y le quita su armadura

Que nadie se entere, que nadie se entere
Que es un secreto que me pone alegre

Y que nadie le vaya con el chisme de que me he enamorado de él
Que yo sólo sé hacer té, que él hace galletas, suspiros y pastel
Y que nadie le susurre al oído que hoy antes de dormir le he escrito
Un poema con cien versos chiquitos, sobre él y sus manos, sobre él y sus ojitos


Que nadie sospeche, que nadie sospeche
Que es un secreto que me pone alegre

Porque nadie sabe la razón por la cual me pierdo en el mar de pecas de su espalda
Ni por qué me envuelvo en sus ganas, ni el porqué de mi fascinación por sus canas
Porque nadie sabe lo a gusto que me siento entre sus piernas, que me protege y me venera
Y nadie nunca sabrá qué día empezó esta electricidad que se siente tan bien

...
Por ahora me dedico a amarte con la misma dedicación con la que tú cocinas
Por ahora te espero en la noche, en nuestra casa, con los brazos abiertos y la boca sedienta
Por ahora me quedo en la cama a esperar tu regreso en la noche
Y que nadie te comente que perdí mi cordura por ti

Fotografía: @JoseArato

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