Duerme a la orilla de una iglesia
Desayuna agua de lluvia
Todos pasan a su lado y a nadie le interesa
Con una sonrisa intenta empezar el día
Extiende su mano buscando ayuda
Y se da cuenta de que todos están muy ocupados
Carros y niños. Gatos y perros. Adultos y pájaros
Todo lo que él ve, todo lo que él no puede ser
¿Qué pasó con la justicia en este mundo?
Todo parece ser tan cruel
No hay salida de escape, ni caminos verdes
Suenan las campanadas de las tres
No hay que comer, no hay que comer
La soledad es esencial, al parecer
La suciedad también
Ya no hay piedad, ya no hay querer
Está solo sin saber por qué
Que “De los pobres es el reino de Dios” dice el cura
Lo que el cura no sabe es que él no tiene un par de zapatos
Que se le ensuciaron las manos hace años
Que se siente tan poca cosa que no quiere seguir viviendo
Que la soledad pesa más que todas las columnas de su iglesia
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