domingo, 22 de agosto de 2010

Desordéname la saliva

Diez yemas en los centímetros de mi piel
Sin pena, sin ropa, sin sentido y sin saber
Vas desnudándome los párpados y la sien
Tomando el sudor con tus labios y tu fe

Decenas de suspiros profundos y alargados
Me arrancan los sueños y los ponen en tus manos
Sin pensar, sin rogar, sin saber cómo has llegado
Me defiendo con mis piernas y me aferro a tu costado

Paseas contento por los puentes de mi barriga
Vas caminando en mis pies y te trepas por mis cortinas
Sin aullar y sin pisar, bien sordo caminas
Y me preguntas por las noches que en la hoguera terminan

Muchacho pajuo, ¿No entiendes de mis deseos?
No me hagas preguntas, sólo dame tus huesos con hielo
Para tomarlos con mis sesos y morderlos
Sin trajes, sin interiores y sin arreglos

Mézclame con tu tierra
Sujétame allá arriba
Lléname con tu presencia
Desordéname la saliva

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