Abrió mis puertas, entró, entró
con desdén revolvió mi habitación
con las ganas se tumbó en el colchón
yo no dije nada
Asió mi corazón, lo asió, lo asió
robó de mi pasión y mi sudor
me hizo creerle en cada uno dos, uno dos
yo no dije nada
Desnudó mi piel, todo tomó
se hizo con mis huesos y mi calor
trepó por las paredes de lo que soy
y no dije nada
Cerró mis puertas, se empezó a fastidiar
recogió sus cosas, se acabó el vals
reté con mis preguntas que vienen y van
él no dijo nada
Tiró mi corazón cual estrella al mar
aunque bastante dolió no estuvo tan mal
intenté acercarme más y más
él no dijo nada
La ropa se quedó en el suelo, ahí se quedará
vuelvo de nuevo al juego de ser un impar
de ser el agua dulce que necesita sal
y él no dijo nada
Hablé, hablé
habló, habló
y él, y él
creyéndose dios, se marchó
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