Desperté con esa sensación
De no tener a nadie alrededor
Y de querer que alguien me cante
Desperté con ganas de no hacer el desayuno
Sino, más bien, de me lo preparen a mí
Y que me lo traiga a la cama
Y de querer que alguien me cante
Desperté con ganas de no hacer el desayuno
Sino, más bien, de me lo preparen a mí
Y que me lo traiga a la cama
Pero estoy solo
Pero sólo estoy
Desperté con esa amargura
De que no me quiero mover de mis sábanas sucias
Y quiero ensuciarlas aún más con un alma impura
Con alguien así de barba y piernas peludas
Con alguien así, que me abrace
Y que pueda dormir en sus fauces
Necesito a alguien que me cante…
Ni Francisco Nixon
Ni nadie
Ni nadie me viene a cantar sobre Simbad
Y nadie me lleva a Nôtre Dame
Y nadie me lleva a leer al Museo Británico
Pues, supongo que el perro no es mío, el perro mío no es

No hay comentarios:
Publicar un comentario